Paula tenía sólo tres meses y medio de vida cuando su madre, Ximena Carrasco Henríquez, consultó al médico para confirmar sus sospechas: por causas que se desconocen, la niña sufrió una anquilosis de la articulación temporomandibular, que trabó su mandíbula impidiendo que ésta funcionara con normalidad.

A pesar de las dificultades para comer, respirar o hablar con normalidad, Paula siempre quiso salir adelante .Hoy, con 23 años de edad y con al menos siete cirugías a cuestas, la vida de Paula evolucionó desde el consumo de alimentos con bombilla a ingerir sólidos e incluso poder verse los dientes y la lengua por primera vez en su vida. Todo gracias a una particular intervención liderada por el jefe de la unidad de Odontología y Cirugía Maxilofacial del Hospital Regional, Ricardo Puentes Palma.

El procedimiento contó con la ayuda de médicos españoles expertos en este tipo de cirugías. Se trata de Francisco Rodríguez Campo y Mario Muñoz Guerra, quienes llegaron hasta Concepción a principios de mes para dar curso a la operación.

La intervención, que duró cerca de cuatro horas y en la que también participaron los médicos chilenos, consistió en colocar dos implantes de titanio en las articulaciones de la mandíbula para facilitar al cuerpo el movimiento natural de éstas.

Ximena, la mamá, confesó que "estos días después de la operación han sido de novedades y mucha ansiedad". Una de las sorpresas más grandes fue cuando pudo sacar la lengua. Entre bromas, su madre confiesa que ahora el desafío es lograr que pueda tomar helado en barquillo sin que sea necesario utilizar cuchara.

A tres semanas de su operación, ya está comiendo con más normalidad, no se ahoga y está feliz. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer y ella lo sabe. Debe asistir a terapias kinesiológicas para ejercitar la musculatura de sus mandíbulas y, si ella quiere, someterse a nuevas cirugías que mejoren su aspecto y le permitan, al mismo tiempo, mejorar su calidad de vida.