Carlos Ortega Rebolledo, fue designado por la Dirección del Servicio de Salud Concepción en septiembre pasado como Director (s) del HGGB, transcurrido un año y medio de iniciada la pandemia. 

Sus 30 años de ejercicio clínico como broncopulmonar, jefe UCI y encargado del programa TBC en este recinto, además de su experiencia inicial como MGZ en el sur del país y director rural en Frutillar, lo catapultaron como candidato a Director del HGGB en, al menos siete ocasiones, según confidenció, todas con una negativa de su parte. Sin embargo, una ‘deuda’ y compromiso personal con el Guillermo Grant, terminaron por hacerlo cambiar de parecer. 

Luego de detallar lo más destacado en seis meses de gestión, durante su último Consejo Técnico Ampliado Ortega dijo que fueron múltiples razones las que le hicieron tomar la opción, aunque dos, en particular. “Una fue el desafío y la otra, muy íntima y personal que se las voy a comunicar: a mi madre, este establecimiento le salvó la vida (...) y siempre me sentí comprometido por eso”, confesó complacido y emocionado. 

Sobre la gestión, el médico destacó financiamientos ministeriales, del Gobierno Regional e incluso algunos privados para apoyar proyectos que ya se ejecutaron como Esterilización, el arriendo de propiedades externas para funciones administrativas, priorizando la actividad clínica y, en especial, por la emergencia COVID-19. También se refirió a otros planes, como el Servicio de Quemados y a los, futuros y ad portas a iniciar obras, como los 38 baños que se construirán en el Monoblock. El edificio más antiguo del complejo y que además fue reforzado en materia energética, con climatización y gases clínicos, por mencionar algunas mejoras.  

En cuanto a equipos y equipamiento, varias áreas recibieron modernos aparatos y, en palabras del propio Carlos Ortega, “todo lo que logré es mejor que lo que hay y que lo que yo pude haber hecho en cualquier clínica privada de esta ciudad. Lo mejor está aquí, no en otro establecimiento. Mi legado fue darle un orden a la institucionalidad de este hospital, en una gestión de un cargo que no es fácil”. 

Al concluir envió un mensaje a las nuevas generaciones. “a los que quedan y a los que vienen, les corresponde seguir este camino. Aquí conviven muchas sensibilidades, muchas almas y esa energía cuesta canalizarla en un solo sentido, pero dimos un puntapié inicial y deben seguir canalizándola, en orden y de forma institucional. Me voy súper tranquilo con lo que hicimos”, en alusión al apoyo de su equipo directivo, que le acompañó -en pleno- en su último Consejo y le despidió con aplausos de aprecio.