Roberto Castillo volvió a caminar ayer, después de más de un año de hospitalizaciones y uso de silla de ruedas. “Me pasó por porfiado. Me dio diabetes, no me cuidé y hubo que amputar mis dos piernas”, dice con semblante alegre la mirada fija en sus flamantes nuevas y primeras prótesis. ”Había prometido que me iba a parar otra vez y ya estoy caminando”, dice mientras avanza bajo la atenta mirada del kinesiólogo.

Como Roberto, otros cien hombres y mujeres han recibido los beneficios del programa de Rehabilitación con Órtesis y Prótesis de miembro inferior, a cargo de un equipo multidisciplinario del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación.

El fisiatra Dr. Gastón Nally Morante, a cargo del programa explicó que cada paciente debe ser  evaluado   y   sometido  a  un proceso para determinar si es apto para recibir una prótesis. “Se realiza una rehabilitación multidisciplinaria inicial y cuando está en condiciones médicas, funcionales, se toma un molde de yeso que se envía a Santiago. Luego de una a dos semanas se recibe el aparato ortopédico e inicia una nueva etapa de rehabilitación, hasta lograr que la persona se desplace en forma independiente y retome su vida normal”, explicó el profesional.

En el corto tiempo que “Hospital al Día” estuvo en el taller de prótesis, tres pacientes se pusieron los implantes nuevos y caminaron ante el equipo tratante. Entre ellos, Luis Polanco, de 67 años, que perdió una de sus piernas en un accidente automovilístico. “Soy de Curacautín y hoy recibí la mejor prótesis de toda mi vida, camino mejor que antes y con ésta, espero terminar mis días. Estoy muy agradecido”, remató también otro paciente beneficiado.