Hospital Clínico Regional

Sala de Prensa

Desde Chiloé, con afecto: testimonio de Buen Servicio.

Martes, 01 de Noviembre de 2016

Mauricio Díaz abrió los ojos. Miró a su alrededor y comprobó que estaba en el Hospital. El día anterior se había sentido muy mal, tanto que corrió a la Unidad de Emergencia, en Castro, Chiloé, donde un médico lo examinó y le dijo que no tenía claro el diagnóstico. No recordaba lo que pasó después, pero seguramente se había desmayado.

Ahora se sentía bien, su mujer sonreía y estaba en una sala moderna y blanca. Había bastado una noche de hospital para sanarse.
"Mauricio, estuviste muy grave, casi muerto. Ahora estamos en el Hospital de Concepción y han pasado 45 días". Las palabras de la mujer asombraron al paciente de 39 años. "Yo tenía que aceptar y creer lo que me estaban diciendo. También tenía que entender que todo ese tiempo mis hijos casi no sabían de mí. Hoy no quiero revisar lo que pasó porque me angustia. Quiero enfocarme en lo que viene y volver pronto a Chiloé".

Mauricio Díaz es pescador artesanal, casado dos veces, con dos hijos de 8 y 10 años y con domicilio en Putemún un pequeño pueblo cerca de Castro, en Chiloé.
A Hospital al Día relató que a fines de agosto realizaba faenas de carga y descarga de mariscos cuando cayó del camión: "Me estrellé de espaldas contra las rocas y me dolió mucho. Me fui a la casa y toda la semana estuve decaído, casi no podía comer ni trabajar hasta que no soporté más y llegué a la Urgencia del Hospital de Castro".
Hasta allí llega la memoria de Mauricio quien, por el relato de su esposa hoy sabe que permaneció 7 días inconsciente, sin reacción, hasta que se produjo su traslado en helicóptero a Concepción, donde sería internado en Unidad de Cuidados Intensivos para conectarlo a ECMO.

Su diagnóstico fue insuficiencia respiratoria severa por H1N1. Su porcentaje de gravedad superaba el 90% y el ventilador mecánico no era suficiente para mantenerlo con vida.
Hoy Mauricio Díaz está con su familia en Chiloé, pero antes de dejar el Hospital Guillermo Grant caminó hasta la Unidad de Cuidados Intensivos y agradeció personalmente al equipo que colaboró para salvar su vida. "Hay personas a las que no alcancé a agradecer personalmente. Me habría gustado estrechar sus manos o abrazarlos porque salvaron mi vida".
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