El objetivo anual estaba claro: instalar un modelo de gestión y trabajo comunitario, a través del Cosam Leonor Mascayano, en el Servicio de Psiquiatría. Así lo explicó Henry Contreras, trabajador social y gestor comunitario del área. “Se hizo un trabajo de grupo y de comunidad que no existía. Nos hemos dado cuenta que los resultados terapéuticos han sido bastante positivos y la respuesta en los pacientes y en sus familiares ha sido muy buena también”, resumió el profesional. Contreras agregó que se postuló a un proyecto concursable que entregó fondos para implementar un taller de Biodanza, que duró dos meses. 

“Nos adjudicamos estos fondos para salud mental y prevención de drogas y alcohol. Los usuarios empezaron a participar masivamente todos los jueves, además de un taller de habilidades sociales para pacientes que, en su mayoría, tienen diagnóstico TEA y que hoy en día se están re insertándose laboral y educacionalmente, lo cual ha sido bastante positivo y enriquecedor para todo el equipo”. 

Por su parte, la profesora Ana María Maldonado,  monitora experta en yoga y en esta técnica biopsicomotora de desarrollo teórico, cuyo punto central está en el disfrute, destacó las ventajas que tuvo en sus alumnos, durante las ocho semanas que duró el taller. “Fue una experiencia magnífica porque acá era juntarse a pasarlo bien. No había reglas tan estrictas como las que vivimos en pandemia: si quieres darle la mano, se la das o no; también si quieres mantener distancia, bien, pero con cuidado, protección y respetuosamente, todo lo podían hacer. Fue liberador, resocializador y sobre todo, de acoger, porque a todos nos dolió lo que nos pasó”. Maldonado resaltó que como ellos se conocen de años, esto fue “volver a reencontrarse desde la vocación de pasarlo bien”. 

Este jueves, los pacientes que participaron de ambos talleres fueron certificados en una ceremonia realizada en el propio Servicio de Psiquiatría de nuestro HGGB.