Rodrigo Reyes Melo, (a la derecha) es médico de la Universidad de Concepción. Penquista de tomo y lomo, hizo su especialización en cirugía cardíaca también en la UdeC. Luego en Santiago, cursó en la PUC, la subespecialidad de cirugía cardiovascular. Tras su retornó al HGGB, ejerció durante tres años, hasta que se hizo posible que viajara a Canadá a seguir perfeccionándose. “Me fui a hacer un entrenamiento médico-avanzado en cirugía cardiaca pediátrica y cardiopatía congénita de adultos. Ya, como equipo del área cardiovascular, vislumbrábamos una necesidad, a nivel nacional, porque este grupo de pacientes (infantil) ha ido creciendo. Cada vez hay más cardiólogos que pueden hacer diagnósticos, hay mayores requerimientos de cirugías y, a veces, de más de una operación a lo largo de la vida”, comenta. 

El facultativo también detalló que, actualmente, “la cirugía cardiaca en niños solo se hace en algunos hospitales de Santiago y nosotros queremos partir con nuestro propio programa”, incrementando -paulatinamente- dice, la complejidad de las intervenciones. 
“Al menos en la Católica, uno de los centros grandes que otorga esta prestación, pero no donde derivamos nosotros, hacen unas 250 cirugías anuales”, comentó el cirujano, lo que da luces de la demanda existente a nivel país. “La idea es que nosotros vayamos eligiendo algunos pacientes, menos complejos al principio, para ir resolviendo acá, porque hay ciertos pacientes con patologías más graves que se van a seguir derivando a Santiago”, El médico agrega que “en la medida que ganemos experiencia y avancen los tiempos, intentaremos resolver a todos los pacientes, sin derivación a RM y que del sur de Chile, nos deriven a nosotros”, proyecta.  

Cirugía cardiaca es un trabajo en equipo, recalca, el Dr. Reyes: “para que una operación sea exitosa se necesita a un cirujano especializado, un anestesista, enfermeros perfusionistas, para manejar la máquina corazón-pulmón, enfermeros quirúrgicos, enfermeras de pabellón, arsenaleros, que conozcan el instrumental que usaremos; un equipo de cardiología pediátrica, para evaluación, selección y seguimiento, y personal de UCI Pediátrica, subespecialista en cardiopatía para el postoperatorio inmediato y también poder actuar ante cualquier requerimiento de estos pacientes”.  

El jefe del área de trasplante HGGB, Dr. Enrique Seguel agregó que “el proyecto va teniendo nombres y esos nombres van regresando al hospital. La idea es empezar a concretarlo. Falta que una perfusionista vuelva de Alemania, otra profesional regrese de Canadá y completar formación en Anestesia. Estamos coordinando el trabajo con Cardiología Infantil, con la UCI Pediátrica, con Pabellón y está pendiente la llegada de algunos insumos y equipamientos”.

Seguel dijo que esperan que antes de fin de año se puedan hacer las primeras intervenciones y Minsal apruebe la incorporación de esta nueva prestación a la cartera de servicios del HGGB, del que será, sin dudas, un nuevo hito en la medicina pública penquista en el siglo XXI.