Han pasado tres años desde que se publicó la ley N°21.393 conocida para recordar el Día Nacional por la no violencia en el pololeo, cada 7 de febrero. La normativa rememora la historia de Antonia Garros Hermosilla, joven penquista que se suicidó a causa de episodios de maltratos que ocurren en relaciones juveniles. 

Este miércoles en el frontis del CAA, un grupo de profesionales y técnicos pertenecientes a centros comunitarios de salud mental (Cosam) de la red local, realizaron difusión y consejería a quienes transitaron por el establecimiento.

Scarlet Jarpa, técnico social del Cosam Leonor Mascayano dijo que “desde diciembre del año pasado nos sumamos a una estrategia denominada TAC. (Tratamiento Asertivo Comunitario), que partió en la región de Valparaíso y ahora en Biobío. La incidencia de casos en ambas zonas priorizó su implementación”, contó. 

Condiciones de escasa o nula comunicación, supervisión, escolaridad y violencia intrafamiliar (VIF), física y verbal entre sus progenitores -que ejercen VIF-, según las funcionarias, implican repetir modelos de conductas inadecuadas y tóxicas.

Su colega Karen Rivas agregó que “a este modelo de trabajo se accede a través de los Cosam, de los programas infanto-juvenil. Es una estrategia más intensiva que va directo a la comunidad. El equipo cuenta con un psicólogo, terapeuta ocupacional, Tens, dos técnicos sociales y un especialista en rehabilitación, además de un médico psiquiatra”.  

Según ambas técnicos sociales, estos jóvenes tienen baja adhesión a tratamientos y medicamentos: “han dejado lo terapéutico y lo farmacológico.

Tienen largas hospitalizaciones y la gracia de esta estrategia comunitaria es que se puedan adherir al tratamiento convencional”. Actualmente, atienden a 20 adolescentes y jóvenes de entre 12 y 18 años, de Hualqui, Coronel, Chiguayante y Nonguén en Concepción, a través de los centros Leonor Mascayano, Cosam Norte y Cosam Coronel.