Enfermera Bárbara Segura marcó tras 47 años de servicio
Martes, 01 de Abril de 2025
Fue un hobby venir a trabajar
Bárbara Isabel Segura Sagredo hizo honor a su apellido. Confiesa que desde su etapa escolar estaba ‘segura’ de que quería ser enfermera. “Todas mis compañeras aspiraban a ser profesoras. Yo era la única que quería estudiar Enfermería”.
Estudió en la UdeC y dijo que -desde el inicio de su mi carrera- “la Enfermería era mi pasión. De niña soñaba con ese momento y fui la única en mi curso que optó por esta hermosa profesión”.
Recuerdo claramente que después de titularme, subí el cerro La Virgen a preguntar si había un cupo o un reemplazo, en el (ex hospital de niños) Leonor Mascayano, donde encontré una oportunidad y así comenzó mi camino. Me dieron un pre y un post natal. Desde ese momento fui contratada y supe que este sería mi hogar profesional. Después nos trasladaron aquí (al Monoblock del HGGB) como parte del Servicio de Quemados, donde atendí niños y también adultos”.
Bárbara dice que jamás se quitó su característica y hoy casi extinta toca del uniforme clásico de Enfermería, el que honró hasta el día de su último marcaje. (ayer)
“Le doy gracias a Dios por haberme permitido estudiar esta carrera y haberla ejercido durante tantos años (...) pasaron volando”, 47 en total. La profesional de inconfundible cabellera colorina, dice que la receta es la puntualidad y el cariño hacia la profesión que se elige. “Ojalá que la gente estudie Enfermería porque les gusta la carrera, así no se hace pesado venir a trabajar. Yo llegaba muy temprano, incluso antes de las 6 a.m. para tomar los exámenes y que estuvieran los resultados antes de entrar a pabellón a curar a los niños. Incluso venía sábados o domingos a hacer curaciones, aunque no tuviera turno”.
Bárbara contó que varias veces debió atender a pirquineros quemados cuando había explosiones en las minas del carbón. Sin embargo, las niños y niñas siempre fueron su motor y se despidió siendo la enfermera más reconocida del Servicio de Cirugía infantil y Ortopedia.
“Fue un sueño cumplido trabajar aquí y la labor con los niños principalmente; sobre todo porque ellos te tratan con cariño y uno se mantiene más joven. Ahora voy a disfrutar, viajar y leer”, proyectó entusiasmada al poner su huella por última vez.